Margarita Rufina Ochagavía (1840- s/f) es un personaje casi completamente olvidado en la historia de la literatura argentina. De ella se sabe que publicó a la temprana edad de 17 años su novela Un ángel y un demonio o, el valor de un juramento (1857). Luego, se pierde el rastro, incluso su fecha de fallecimiento queda en la oscuridad. La academia no ha remedado tal omisión más que en unas contadas ocasiones. Hebe Beatriz Molina ha dedicado un estudio a las concepciones de la novela en su única publicación conocida. Por otro lado, dos investigadoras, Beatriz Curia y María Carolina Sánchez, fueron las encargadas de hacer una edición crítica de la obra de Margarita. Esa publicación es, básicamente, el acto que saca a Margarita de su olvido y vuelve a hacer circular su obra, aunque es de entender que su trayectoria biográfica continúa todavía siendo un misterio. Respecto de su obra, Un ángel y un demonio es básicamente una novela moralista. Su punto de partida es fundamentalmente argentino, porque busca posicionarse respecto de una de las discusiones más importantes del siglo, aquella que atañe a la dicotomía entre civilización y barbarie. Así, lo que le interesa visibilizar a Margarita es cómo la barbarie se esconde de manera efectiva en la civilización y produce daño desde dentro. De allí que uno de los temas propios del realismo decimonónico –como el de la problematización de la hipocresía– también aparezca en su obra. En la novela, más que un triángulo amoroso, lo que se observa es la presencia de toda una red amorosa, que se interconecta de formas variables y donde una acción en uno de sus nodos afecta a su vez a nodos lejanos. En uno de los núcleos problemáticos de esta red se encuentra Octavio, un joven bon vivant de la Buenos Aires de mitad de siglo. Alrededor de él se construye el problema moral que es la guía de la novela. Se trata de un personaje hipócrita, que engaña y manipula para conseguir lo que desea: en principio, amor y dinero. El primero de los deseos lo busca en una joven llamada Alicia; el segundo de los deseos en una mujer anciana que se llama Clemencia. Octavio engaña a ambas prometiéndoles un amor fiel y único, monogámico, tradicional, también incluso romántico. Octavio es un gimnasta de la mentira, lo que quiere decir que es un maestro de la palabra; puede salirse de problemas con la mera improvisación. Pocas cosas lo sacan de su eje. Un ángel y un demonio es una novela moral y no tanto ética, porque en el centro no hay un problema de múltiples resoluciones, de matices interpretativos, de tensión dilemática. Lo que hay es un mandato: NO MENTIRAS. Es curioso que, pese a estar totalmente ausente de la novela la iglesia, su matriz moral no lo está. Y ese mandato recorta el territorio de las identidades: los malvados y los puros, los canallas y los inocentes. Y así como recorta, también imparte justicia. Por el lado de los misericordiosos, el premio a la virtud: el amor, el matrimonio. Por el lado de los indignos, la soledad: la extradición, la humillación. Es verdad que esta justicia es, tal como dice la novela, una justicia invisible, por lo que la matriz divina puede reinsertarse. Pero es curioso cómo evita nombrarla, casi con pudor. ¿Cuál es, entonces, el valor de un juramento –como titula la novela–? Entendiendo que en el centro de la novela está la mentira y la manipulación, el juramento termina vaciándose de sentido. Los juramentos no garantizan nada y, como dice nuevamente la novela, no se necesita jurar para decir la verdad. La novela no resalta la excepcionalidad de lo contado. Por el contrario, pareciera estar planteando que aquel conflicto, que está en el centro del texto, lo está también en la sociedad de su tiempo. Así, la trama es una trama “social”. En ese sentido, podría leerse a la novela de Margarita como una proto-crítica de las masculinidades, como una novela de advertencia, un relato aleccionador sobre las relaciones de género.
[por Mariano Mosquera]
Bibliografía:
Molina, H. B. (2011), “Lectoras y escritoras en la argentina de 1860: Margarita Rufina Ochagavía y M. Sasor”, Anclajes, Vol. 15, Núm. 2: 31-47.
Ochagavía, M. R. (1857), Un ángel y un demonio, o El valor de un juramento. Buenos Aires: Imprenta de Mayo.